Por qué Alfonso Basterra no ha podido ver en prisión la serie sobre Asunta

Javier Romero Doniz
Javier Romero VIGO / LA VOZ

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Alfonso Basterra, durante el juicio por el asesinato de su hijo
Alfonso Basterra, durante el juicio por el asesinato de su hijo XOÁN A. SOLER

Condenado por el crimen de su hija en el 2013, no muestra interés sobre el reciente estreno de la producción basada en este caso, aunque de querer visualizar sus seis capítulos no podría: las plataformas de pago están prohibidas en las prisiones de España

06 may 2024 . Actualizado a las 19:31 h.

Alfonso Basterra ve pasar los días en su celda del módulo siete de la cárcel de Teixeiro (Curtis). Ingresó en la prisión coruñesa el 25 de septiembre del 2013 por el crimen de su hija, Asunta, y desde entonces no ha cambiado de penal. Once años después (a siete de cumplir los 18 de condena impuesta en el 2015) su comportamiento es inmutable. «Tiene un elevado concepto de él mismo —explican trabajadores del centro—. Se considera intelectualmente muy superior al resto de internos y funcionarios. Pasa desapercibido, le cuesta expresar sentimientos. Es tranquilo, distante, frío, no empatiza, va a lo suyo. No sabemos si realmente es así, o una forma de aparentar».

Ese aislamiento autoimpuesto, incluso ahora que todo lo relacionado con la muerte de Asunta regresa a la actualidad por el estreno de la serie El caso Asunta, sigue firme en el ánimo de Basterra. No muestra interés por la producción en la que tiene, junto a su exmujer ya fallecida, Rosario Porto, un papel relevante por la condición ambos de culpables y condenados.

Candela Peña y Tristán Ulloa como Rosario Porto y Alfonso Basterra en «El caso Asunta»
Candela Peña y Tristán Ulloa como Rosario Porto y Alfonso Basterra en «El caso Asunta» MANUEL FERNANDEZ-VALDESNETFLIX | EFE

El caso Asunta no ha despertado interés, comentarios o cualquier tipo de reacción en Basterra, explican las fuentes consultadas. Pero de hacerlo, aunque quisiera ver la serie para testar el enfoque, los guiones o la caracterización de su personaje encarnada por el actor Tristán Ulloa, no le estaría permitido. Los seis capítulos de la producción solo se emiten en Netflix, una plataforma de pago que, como el resto de este tipo que requieren suscripción, están prohibidas en las cárceles de España. Solo pueden verse canales de la TDT. Y la única opción viable supondría grabar la serie para visualizarla en algún dispositivo, algo igualmente inviable porque se incurriría en un delito de derechos de autor y piratería. «Él sabe que la serie se estrenó, pero no lo exterioriza. No dice nada. Es igual de hermético en esto que en el resto de cuestiones», añaden los funcionarios consultados de Instituciones Penitenciarias.

Encargado de la biblioteca

Alfonso Basterra reside en un módulo de respeto, con presos que como él tienen buen comportamiento. Se levanta por las mañanas, ordena la celda que ocupa en solitario, hace la cama, desayuna y empieza la jornada entre libros. Ejerce de encargado de la biblioteca central de Teixeiro y, pese a las relaciones sociales que implica esa labor, no ha forjado una relación de confianza con nadie; solo la mínima y necesaria. Al cerrar la biblioteca, Basterra se limita a cenar, se encierra en su celda y duerme para seguir restando días a su condena.

El padre de Asunta tampoco recibe visitas y apenas le llega correspondencia. «Alguna carta, pero muy pocas, de amistades. Está bastante solo», explican en Teixeiro. Tampoco hace deporte, las mañanas y las tardes las pasa en la biblioteca, saliendo solo para comer. La lectura le sirve para mantener la cabeza distraída.

La segunda vez que Basterra exteriorizó sentimientos fue el 18 de noviembre del 2020. Su exmujer y madre de Asunta se ahorcó en su celda de la prisión de Brieva, Ávila. Basterra recibió la noticia en Teixeiro. Rompió a llorar. Las personas que le trasladaron la noticia apenas tuvieron que decirle nada. Sus caras hablaban por ellos. Él, lo entendió rápido: «¿Qué pasó? No me digan. ¿Rosario?». Lo siguiente fue llorar. Los responsables del centro activaron el programa de prevención de suicidios previsto por Instituciones Penitenciarias por si decidía seguir el mismo caminó que su exmujer. Se trata de un protocolo que Basterra conoce de sobra al ejercer, hasta esta misma mañana de noviembre del 2020, de preso de apoyo para vigilar a otros reos considerados candidatos a suicidarse en cualquier momento.

El documental

La primera manifestación de Basterra sobre sus sentimientos, impresiones y hasta planes de futuro tuvo lugar tres años antes, en el 2017. Basterra fue contactado en la cárcel de Teixeiro por la productora que en ese momento trabajaba en el proyecto que llevó el caso de su hija al formato de documental, El caso Asunta (Operación Nenufar); la misma productora que acaba de estrenar la serie. Basterra respondió por carta manuscrita a la productora. 

Aseguró que «la rabia y la ira» que sentía hacia el juez instructor, el fiscal, la acusación particular y los medios de comunicación habían mutado en «perdón». Añadía que tras mucho meditar, entendió que todas esas partes realmente habían actuado «con arreglo a la más pura de las éticas», aunque «totalmente equivocados». Incluso habría la posibilidad a debatir con ellos «en una cafetería» sobre lo ocurrido durante el juicio.

Por último, Basterra, hace ya siete años, adelantaba sus planes de futuro tras dejar atrás los muros de prisión: «Cuando recupere mi libertad, tengo el firme propósito de desaparecer, nadie volverá a saber de mí, ni tan siquiera Rosario Porto. Solo tengo una razón para seguir con vida, que no es otra que volver a ser un hombre libre y reunirme con mi niña, nunca antes. De hecho ya tengo pensado el cómo y el dónde, tan solo me falta el cuándo, pero todo llega».