Tanques israelíes sellan el paso de Rafah mientras Tel Aviv negocia una tregua con Hamás

Andrés Rey REDACCIÓN / LA VOZ

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El Ejército toma el cruce fronterizo entre Gaza y Egipto, sin resistencia del movimiento islamista, y corta la entrada de ayuda humanitaria

07 may 2024 . Actualizado a las 22:17 h.

Después de una noche de bombardeos, una veintena de muertos y meses de advertencias, Israel entró el martes en Rafah. Pero entró de soslayo, en lo que llamó una operación limitada: solo tomó el control del paso fronterizo entre Gaza y Egipto. Los tanques de las fuerzas judías taponaron así una entrada clave para la ayuda humanitaria y despertaron la condena inmediata de la comunidad internacional.

Hamás no se resistió. Las tropas avanzaron de noche, al amparo de las bombas, por carreteras desiertas —después de la orden de evacuación del lunes—, e izaron la bandera con la estrella de David sin complicaciones, según un portavoz castrense. Su versión contrastaba con la de Hamás, que a última hora del mismo lunes aseguraba que pocos gazatíes se estaban desplazando a las «zonas seguras» habilitadas por el Ejército.

La operación continuará hasta que se elimine «a los terroristas en esta zona y en toda Gaza o hasta que el último rehén regrese a casa», adelantó el ministro de Defensa, Yoav Gallant, en una visita a las tropas. El Gobierno añadió que también está llevando «ataques selectivos» en la ciudad y los militares aseguran que su intención es acabar con las posiciones desde las que los milicianos islamistas los atacaron el fin de semana, con cohetes que mataron a cuatro soldados. Al menos 18 civiles y 20 milicianos del movimiento islamista murieron entre explosiones.

Por encima del valor estratégico, Israel necesita proyectar a su audiencia imágenes de victoria, afirma el periodista Mikel Ayestaran. Especialmente, después de seis meses en los que no ha logrado ni liberar a los cautivos, ni cazar a los cerebros detrás del ataque del 7 de octubre. El Ejército compartió vídeos de los vehículos de combate en la frontera y aseguró que, además de matar a los 20 milicianos, encontró y neutralizó tres túneles enemigos.

Sabotajes y torpedos

Según Hamás, lo único que busca Israel con la toma del paso de Rafah es socavar los esfuerzos para llegar a una tregua. La operación se lanzó horas después de que los líderes del movimiento aceptasen una propuesta egipcia que Tel Aviv se ha abierto a estudiar, aunque advirtió de que las diferencias entre las partes son «dramáticas».

Benjamin Netanyahu, por su parte, está convencido de que Hamás solo ha aceptado el alto el fuego para «torpedear» la entrada de las fuerzas israelíes en Rafah. Sus palabras llegaban mientras arrancaba una nueva ronda de negociaciones en El Cairo para alcanzar una tregua integral en la Franja, con la participación de Egipto, Catar, Estados Unidos y Hamás. La delegación israelí estaba en camino, con órdenes de Netanyahu de buscar un acuerdo que cumpla «los requisitos esenciales para garantizar la seguridad de Israel».

Dos cargos estadounidenses señalaron a The New York Times que la propuesta sobre la mesa apenas tiene cambios con respecto a la última aprobada por el Estado judío: exige la liberación de mujeres, ancianos y niños israelíes que necesiten tratamiento médico, a cambio de un alto el fuego de 42 días y la liberación de un número importante de prisioneros palestinos. Esa sería la primera de tres fases. En la segunda, tanto Israel como Hamás trabajarían para llegar a una «calma sostenible» que implicaría la liberación de más rehenes. Y ese término, «calma sostenible», es el principal punto de discrepancia. Hamás lo interpreta como el final de la guerra y la retirada de las tropas de la ocupación, pero los israelíes no están de acuerdo.

En medio de la incertidumbre, Gaza ha vuelto a quedarse aislada, sin posibilidad de que entre la ayuda o salgan los heridos. Los dos cruces fronterizos principales —Rafah y Kerem Shalom— están cerrados, mientras la hambruna se asienta y los muertos rozan los 35.000.

Biden reafirma su compromiso «férreo» con Israel, incluso con desacuerdos

Joe Biden reafirmó el martes su «férreo» compromiso con Israel, incluso cuando «hay desacuerdos». Lo hizo durante una ceremonia en el Capitolio para recordar a las víctimas del Holocausto y su voz fue la única que se alzó a favor de Tel Aviv. El presidente de Estados Unidos, sin embargo, ha pedido repetidamente a Netanyahu que evite una incursión a gran escala en Rafah. Lo recordó, también el martes, el secretario general de la ONU, António Guterres: «Incluso los mejores amigos de Israel lo tienen claro». Un asalto a la ciudad gazatí «sería un error estratégico, una calamidad política y una pesadilla humanitaria», sentenció.

Petición de España e Irlanda

A él se unía el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, que insistió en que la ofensiva israelí contra una ciudad en la que se agolpan 1,4 millones de gazatíes produciría una crisis humanitaria aún más grave. Sobre la petición de España e Irlanda para que Bruselas revise el acuerdo de asociación con Israel, el alto representante lamentó que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, no haya respondido por el momento a la misiva. Entretanto, Bélgica pidió a la comunidad internacional que deje de entregar armas a Israel.